El modelo de gestión compartida y su influencia en un “Programa de segregación en la fuente y recolección selectiva de residuos sólidos”
Un nuevo modelo: la Gestión Compartida
El concepto de gestión compartida, es ofrecido por Mathieu Durand en el artículo “La gestión de los residuos sólidos en los países en desarrollo: ¿cómo obtener beneficios de las dificultades actuales?”. El autor expone tres sistemas que responden a lógicas geográficas e históricas: la “gestión pública”, la “autogestión” y la “gestión compartida”. Aplicadas a partir de la realidad de Lima Metropolitana.
1. Modelo de Gestión Pública
De acuerdo con Durand, es actualmente el más extendido en las ciudades latinoamericanas y tiene por objetivo de limitar con rapidez el impacto sanitario local de los residuos producidos por las poblaciones urbanas. Al respecto, menciona además que las municipalidades se enfocaron inicialmente en la etapa de recolección, pero descuidaron el tratamiento. (2011, pp. 117-118)
Al crearse nuevas normativas, tomando como inicio a la Ley General de Residuos Sólidos – Ley 27314 el año 2000, se fijan de modo más preciso las responsabilidades de los diferentes actores en el nivel de cada etapa técnica de la gestión de los residuos. Así como los procedimientos que deben ser utilizados. (Durand, 2011 pp. 118) Por otro lado, estas normativas hacen énfasis en la responsabilidad de los gobiernos locales, tal como se analizó en el primer capítulo.
Dentro de las dificultades de una gestión pública, aparece la defectuosa inclusión de actores directos e indirectos en el proceso de gestión de residuos sólidos. De acuerdo con el PIGARS de la provincia de Lima 2015:
El ciudadano natural que también genera los residuos, es un actor que debe asumir una actitud más responsable cuando menos con la basura que genera. Los otros sectores conformantes de la ciudad: industriales, establecimientos de salud, instalaciones o actividades especiales, etc., que de una u otra manera también generan residuos, también tienen deberes y derechos respecto de los residuos sólidos que generan, su tratamiento y su disposición final. (2015 pp.36)
Por otro lado, Durand señala la existencia de una gran disparidad de rentas entre los distintos municipios de la ciudad. Tomando como ejemplo la renta anual promedio por habitante, para el año 2008, en el distrito acomodado de San Isidro es de S./ 2852, contra los S./ 100 del de Comas. En consecuencia, la eficacia del servicio de recolección se da en función de la jurisdicción. (2011 pp. 119) Asimismo, a pesar de las dificultades que presenta contar con un sistema de gestión pública, las municipalidades deben cumplir con las exigencias de las normativas y ofrecer a la población de su jurisdicción un ambiente libre de residuos sólidos.
2. Modelo de Autogestión
También entendido como el modelo que va con la realidad de las ciudades en desarrollo. Surge a partir de las carencias y dificultades de un modelo limitado como es la “gestión pública”, que dificulta a las municipalidades brindar servicios de recojo de residuos sólidos urbanos integrales y mucho menos el reciclaje de estos
Al respecto, Durand dice:
(…) Por ello es que se habla de un sistema de «autogestión». Los circuitos informales, que funcionan al margen de la ley, se han puesto en marcha para paliar las carencias. Así, en paralelo a la «gestión pública» de los residuos funciona una red de actores que interviene a diversas escalas en la recolección, selección, reciclado y reventa de los residuos. (2011 pp. 120)
La Figura 01, muestra la imbricación de los actores de la gestión de residuos en Lima, se puede observar además cinco procesos clave: (1) Producción, (2) Recolección, (3) Segregación y Acopio, (4) Comercialización y (5) Tratamientos. Compatibles con la normativa actual y en los cuales existe participación de los actores directos e indirectos (formales e informales) mencionados también en el primer capítulo. Se hace visible una organización superpuesta dentro la gestión municipal donde aparecen actores tales como los recolectores de residuos, los segregadores y acopiadores de residuos, y la comercialización y transformación de los residuos.
Durand realiza un análisis de cada uno de estos tres actores: los recolectores de residuos pueden intervenir en jurisdicciones donde las municipalidades no participan de manera integral en la recolección de residuos y suelen recoger los residuos reciclables a fin de limpiarlos, segregarlos y luego venderlos. Por otro lado, los desperdicios residuales son frecuentemente quemados o arrojados en los espacios vacíos. Los segregadores y acopiadores de residuos, realizan una selección muy precisa de los residuos (diferenciando tipos de plásticos, por ejemplo), los limpian y los almacenan antes de poder venderlos en mayor cantidad a un comerciante mayorista o simplemente a la industria que los transforma en nueva materia prima. Finalmente, la comercialización y transformación de los residuos consiste en el rescate de los residuos por los mayoristas, generalmente especializados en un solo tipo de estos. (2011, Énfasis Propio) Las empresas de comercialización, formales o no, revenden sus residuos a las industrias que efectúan la transformación de <<materias primas secundarias>>. (2011 pp. 120-123)
No se puede negar la importancia de esta autogestión dentro de la realidad de las municipalidades de Lima Metropolitana, sin embargo, Durand advierte: “este modelo puede afectar fuertemente la salud de los trabajadores y el ambiente local, por otro lado, las condiciones de informalidad llevan a que esta actividad esté reservada a las poblaciones más pobres y marginales.” (2011 pp. 123) De esta forma, se debe plantear un modelo de gestión que involucre a los actores que participan en este modelo, dada su importancia indirecta dentro de la gestión de residuos sólidos reciclables.
La eficacia de la acción pública y la participación de las poblaciones
Los dos métodos anteriores poseen factores diferenciadores, “la eficacia de la acción pública” y “la participación de las poblaciones”. De acuerdo con Durand, la gestión de los residuos será juzgada como eficaz cuando permita disminuir – hasta desaparecer – los riesgos sanitarios y ambientales ligados a los residuos. Al hablar de gestión eficaz de los residuos sólidos se refieren a una “gestión pública” eficaz. (2011 pp. 124) Considerando que la “gestión pública” es determinada a las municipalidades, estas deben cumplir con lo planteado.
El segundo factor, la participación de la población, presenta distinciones en ambos modelos, mientras que en la “autogestión”:
Se trata esta vez de pobladores ribereños que crean sus microempresas informales y participan en el bienestar de la comunidad y en el manejo de los residuos. Ellos realizan esta acción con un objetivo lucrativo (hasta si la ganancia es mínima) y lo hacen, no obstante, en detrimento de su salud. (Durand, 2011 pp. 124)
En tanto que en la “gestión pública”:
(…) tiene justamente por objetivo suprimir toda implicación de la población. La no participación en la gestión de los residuos aparece como un factor de confort, marcador de un cierto estatus social, sin tocar los residuos y que estos sean evacuados del barrio. (Durand, 2011 pp. 124)
Cuando se hace referencia a la participación de la población, no solo se debe referir a los actores informales de reciclaje. Toda la población tiene, en general, una percepción muy lejana de los problemas reales que implica el tratamiento de los residuos generados. (García & Velásquez, 1997 pp. 54) Esta percepción indiferente es producto también de la gestión de residuos sólidos incompleta que persiste en la actualidad.
3. Modelo de Gestión Compartida
Este modelo tiene el objetivo de cumplir con los dos factores, aumentar la eficacia de la gestión pública de los residuos y la mayor implicación de la población en el manejo de los residuos. La solución, de acuerdo con Durand, es pasar directamente a un sistema de “gestión compartida”.
En la Figura 02, se puede observar la evolución de estos modelos y los desafíos que conlleva pasar a este nuevo modelo de gestión compartida.
Cabe precisar, que el sistema de “gestión compartida”, implementado en ciertos distritos de Lima permite, llegar a un mejoramiento progresivo de tres niveles: “las condiciones de trabajo de los recicladores, la calidad del servicio ofrecido a la población y la protección del ambiente.”(Durand, 2011 pp. 129)
Asimismo, ofrece la oportunidad a la población de estar incluida de manera directa con la segregación en la fuente de los residuos sólidos gracias a una mayor sensibilización sobre la problemática de la gestión de RSU actual y la valorización de como un recurso económico. De esta forma se va formando un modelo que se adecúa a la realidad de la mayoría de municipalidades de Lima Metropolitana y sirve como guía al momento de la implementación de los “Programas de Segregación en la Fuente y Recolección Selectiva de Residuos Sólidos Urbanos(PSFRS)”.
FUENTES:
- Durand, M. (2011). La gestión de los residuos sólidos en los países en desarrollo: ¿cómo obtener beneficios de las dificultades actuales? Espacio y Desarrollo, 115-130.
- García, M. & Velázquez, G. (1997). Propuesta de gestión municipal de residuos sólidos domiciliarios en ciudades medias de la provincia de Buenos Aires, Argentina. Espacio y Desarrollo, 49-62.
- Municipalidad Metropolitana de Lima (2014). Plan Integral de Gestión Ambiental de Residuos Sólidos de la Pronvincia de Lima. Lima.
Autor: Alejandro L. – Extracto de investigación «La gestión compartida: elemento fundamental en la implementación de “Programas de segregación en la fuente y la recolección selectiva de los residuos sólidos” en las municipalidades de Lima Metropolitana.» Para leer documento completo hacer clic aquí